¿Te suena el dicho: “Si quieres ir rápido, anda solo. Si quieres ir lejos, hazlo acompañado”?. En el ámbito profesional donde el networking aparece como pilar fundamental para escalar y destacarse, esta frase cobra aún más relevancia. Independiente del lado que estés, el networking te puede ayudar a: encontrar trabajo, captar talento, encontrar clientes y/o inversionistas.

¿Qué es networking?

El valor de crear redes, conectando con personas y oportunidades para ayudarte a construir una carrera profesional exitosa.

Si eres de los que aún no se maneja con el concepto, te lo explicamos en simple: es el proceso de conocer gente nueva que comparte tu profesión, intereses y/o industria. En otras palabras, es la habilidad que te va a permitir ampliar tu red de contactos y la capacidad de mantenerlas en el tiempo.

¿Y para qué sirve el networking?

El networking te va a permitir intercambiar ideas, conocimientos y experiencias con gente clave que además te puede dar consejos y orientar. Pero no solo eso, también será una herramienta que te favorezca en temas como:

1. Desarrollar una marca personal: al interactuar con desconocidos con el objetivo de que tanto ellos como tu puedan llevarse algo de entablar una relación profesional, es en otras palabras, “venderse”. Para ayudarte a partir, podría ser un buen ejercicio que definas qué imagen y experiencia laboral quieres dar a conocer a los demás, es decir, que crees una identidad. Junto con el tono usarás para lograrlo, puedes generar contenido en redes sociales para ayudarte a posicionarte como quieres ser visto.
2. Aumentar tu confianza: el hecho de tener que exponerte a tí mismo/a o en muchas ocasiones salir de tu zona de comfort para conocer gente nueva, te ayudará a construir auto confianza. Incluso si eres introvertido/a, el ejercicio de ponerte allá fuera y entablar conversaciones te ayudará a sentirte mejor contigo mismo.
3. Mejorar habilidades sociales y de comunicación: con el tiempo te vas a dar cuenta que ninguna interacción que tengas va a ser igual a otra. Ya sea porque los intereses de las personas con quienes hablas son diferentes a los tuyos o simplemente porque los entornos y experiencias profesionales varían tanto que es difícil que sean iguales. Por lo mismo, cada conversación que tengas te servirá para practicar la comunicación clara, escucha activa y empatía, lo que te servirá para que vayas reconociendo la diversidad de perspectivas, las que te podrán abrir puertas a nuevas conexiones y oportunidades.

¿Por dónde empiezo?

Afortunadamente, no hay una sola manera de hacerlo y puedes comenzar por la que más te acomode. Quizás prefieres algo offline, como ir a un evento de manera presencial o te hace más fácil una instancia digital, a través de redes sociales por ejemplo.

Ya sea que lo haces en un taller, un webinar o incluso un post en LinkedIn, lo importante es que te tomes el tiempo de acercarte y conversar con personas que de alguna u otra manera tengan que ver con el rubro o carrera que te interesa. El objetivo final es que hagas conexión con ellos, tanto como para que te ayuden como también para que tú les aportes. De esta manera, ambos puedan beneficiarse de las experiencias, conocimientos y habilidades del otro.

No lo sobrepienses

La gracia del networking es que lo puedes hacer de la manera más casual y simple que se te ocurra. Es una conversación que puedes tener con quien se sentó al lado tuyo en una charla o hasta un hilo de Twitter (perdón, “X”) que puedes responder dando tu opinión sobre el tema en cuestión.

No hay una única manera correcta de hacerlo. No tienes que ser la persona más experta o la más experimentada para iniciar una conversación, basta con que tomes la iniciativa y comiences hablando de algo que conozcas.

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