Mi primer día en Encuadrado fue un lunes. Me dijeron que fuera a la oficina para que me pasaran mi computador y credenciales para el cowork.

Cuando llegué había varios del equipo, así que desde el principio le pude poner cara a los nombres que me iban apareciendo en Slack (la plataforma que usamos para comunicarnos). Ese día me recibió Thomas -nuestro CEO-, con quien tuve tiempo de conversar y repasar mi inducción.

Después pude almorzar con los que estaban ahí y así empezamos a conocernos mejor. Terminé el día feliz de haber tenido la oportunidad de conocer la cultura de Encuadrado. Siendo del área de People, era importantísimo poder hacerlo.

Mi quinto día en Encuadrado fue completamente distinto. Necesitaba poder trabajar desde mi departamento porque estaba en plena mudanza y tenía que recibir las cosas.

Y a pesar del hecho de que tuve que tomar reuniones desde el baño para esconderme del caos (gracias por tanto, fondos de Zoom), fue una muy buena experiencia. Porque pude comprobar que mi trabajo se puede acomodar a mi vida y no al revés.

¿Cómo es nuestra cultura de trabajo?

Me acuerdo que una de las primeras cosas que leí en mi documento de onboarding (inducción), fue que Encuadrado no tenía una cultura remota, sino más bien, distribuida.

En la práctica esto significa que tenemos un espacio para que quien quiera ir, pueda hacerlo cuando quiera. Pero que si alguien quiere trabajar fuera de Santiago, tampoco es problema.

Encuadrado se fundó de esta manera. A distancia, con llamadas por Zoom, mensajes por Slack y flujos en Figma.

Ser distribuidos va más allá del trabajo remoto, en gran medida porque significa trabajar con compañeros en distintos horarios. Esto viene con las dificultades obvias como lo es ponerse de acuerdo entre personas cuyos días están partiendo, y otras que están volviendo de almorzar.

Pero eso mismo nos obliga a poner mayor esfuerzo en cómo nos comunicamos y trabajamos.

Y claramente como todo, también tiene ventajas:

• Mayor acceso a talento: por el hecho de que no nos limitamos, podemos trabajar con gente que vive en Puerto Varas o en Ciudad de México (mención especial a nuestras Cami & Mafe).
• Lo resultados importan más que cualquier otra cosa: por lo tanto juzgamos sobre el impacto que cada uno tiene en Encuadrado, no sobre las horas que pasamos trabajando
• Nos obliga a pensar y escribir las cosa: la comunicación asíncrona cobra aún más relevancia, porque debemos preocuparnos de documentar y ser conscientes con lo que decimos para colaborar mejor.

¿Por qué tener oficina?

Primero que todo, creemos muy importante que la gente tenga la opción de elegir.

Nos preocupamos de tener una buena cultura y construir un buen ambiente laboral, por lo que parte de eso tiene que ver con ofrecer alternativas para que cada quien trabaje de la manera que se sienta más cómodo/a.

No nos definimos con una cultura híbrida porque en realidad no hay un mínimo de días en que las personas tengan que ir de manera presencial. Tampoco están obligados a trabajar desde sus casas, ya que al cowork se puede acceder 24/7.

Segundo y también importante, es que el trabajo creativo y colaborativo se realiza mejor interactuando en persona. Si bien es cierto que la mayor parte del tiempo no trabajamos en la oficina, también lo es el hecho de que si tenemos la oportunidad de juntarnos, lo haremos.

Ya sea para temas de trabajo como idear, conversar o resolver, como también temas no laborales del tipo: celebrar a alguien, darle la bienvenida o [inserte cualquier excusa aquí] (nos gusta vernos).

De hecho, para nosotros es tan importante poder interactuar de manera presencial, que una vez al año nos juntamos todo/as durante una semana en la llamada Encuadrado Week.

Aprovechamos de hacer trabajo por equipos, tener actividades entre áreas e incluso darnos el tiempo de disfrutar e ir a pasear por Santiago

Fortalece la cultura

En el caso de Encuadrado, no solo tenemos el trabajo distribuido como pilar de nuestra cultura, sino que también buscamos generar impacto. Para hacerlo nos guiamos por nuestra misión (que todo profesional pueda independizarse, crecer y triunfar), pero la organizamos en forma de objetivos. Para cumplirlos es importante poder ser ágiles y eficientes a la hora de trabajar, pero para hacer eso se requiere concentración.

En ese sentido es innegable que el teletrabajo tiene sus ventajas (como evitarse el taco de la tarde o quedarse durmiendo 5 minutitos más), pero tampoco se queda corto de dificultades: llueven las distracciones.

Especialmente para esos días sirve muchísimo tener un espacio donde la única preocupación sea hacer nuestro trabajo bien. Y tiene mayor impacto aún cuando te rodeas de gente que tiene ese mismo objetivo.

Aún más, naturalmente va a pasar que las interacciones que vayamos teniendo con gente del equipo (como compartir un café o reírnos de algo que pasó en la oficina), son las que van a ir construyendo relaciones y espacios de confianza que van a por ejemplo, a facilitar que yo entregue feedback.

Es obvio que si siento que tenemos algún nivel de cercanía (en oposición a ser completos desconocidos), me sentiré más segura de poder compartir mis opiniones contigo.

Esto no significa que si trabajo con alguien que no va a la oficina no pueda llegar a lo mismo, simplemente implica que puede lograrse más rápido si es que estamos compartiendo en un espacio común y adaptado para eso.

También amamos el teletrabajo

Pero como todo en la vida, el equilibrio es lo mejor. Esa flexibilidad hace que no tengamos que elegir si vivir nuestra vida o trabajar, porque podemos incorporar ambos.

Puede ser algo pequeño: trabajar en una cafetería mientras mi hermana se hace unos exámenes porque me pidió que por favor la acompañara.

O un poco más grande: trabajar desde la casa de mis abuelos en el sur porque quise ir a visitarlos y aprovechar de pasar tiempo con ellos durante la semana.

Incluso enorme: trabajar desde el hostal donde me estoy quedando en Colombia porque disfruto ser nómada digital.

Por todo esto y mucho más es que en Encuadrado nos gusta tener oficina y también poder trabajar de manera remota. O como nos gusta decir, distribuida.