El encuadre psicológico es una herramienta valiosa en la práctica clínica que ayuda a crear un ambiente seguro, estructurado y profesional para el paciente y el terapeuta.
Su función es definir límites y guías claras que organizan el proceso terapéutico, favoreciendo la transparencia y el compromiso mutuo. En este artículo, exploraremos qué es el encuadre, sus componentes principales y cómo puede establecerse adecuadamente en consulta para facilitar una experiencia terapéutica confiable y efectiva.
El encuadre psicológico se refiere al conjunto de normas, límites y estructura que regulan la relación entre el terapeuta y el paciente. El término "encuadre" proviene de la idea de "encuadrar" o "poner en un marco" los elementos que forman parte de la terapia. Esto significa definir claramente las condiciones y expectativas del proceso, permitiendo que se desarrolle en un espacio seguro, controlado y predecible.
Gracias a esta estructura, tanto el terapeuta como el paciente comprenden los límites, roles y responsabilidades de cada uno, lo cual fortalece la relación terapéutica. Este marco ayuda al paciente a explorar sus pensamientos, emociones y comportamientos en un contexto donde se sienten respaldados y tranquilos.
Un encuadre psicológico adecuado tiene un impacto positivo en el proceso terapéutico. A continuación, mencionaremos algunos aspectos clave de su importancia en la práctica clínica:
Seguridad y estabilidad: El encuadre proporciona al paciente una estructura predecible en la que sabe qué esperar en cada sesión. Esto ayuda a reducir la ansiedad y a crear un espacio seguro para la autoexploración.
Mantener el enfoque en los objetivos: El encuadre asegura que el proceso terapéutico se mantenga alineado con los objetivos específicos de la terapia, evitando distracciones o cambios en el rumbo de las sesiones.
Transparencia y responsabilidad: Un encuadre bien definido promueve una relación basada en la confianza, donde ambas partes conocen y respetan las expectativas y compromisos establecidos.
Los elementos básicos del encuadre se organizan en distintas categorías, cada una de las cuales contribuye a dar forma a la relación terapéutica:
Constantes teóricas
Constantes funcionales
Constantes temporales
Constantes espaciales
¡Veamos cada uno!
Son los marcos teóricos y metodológicos que orientan el enfoque del terapeuta. Dependiendo de la orientación del profesional, pueden variar entre enfoques como el psicoanálisis, la terapia cognitivo-conductual (TCC) o la terapia de pareja, entre otros.
Este componente incluye las responsabilidades de cada uno y las tareas específicas que se realizarán en terapia. Define los objetivos de la intervención, los roles de cada parte y los acuerdos económicos.
Aspectos como la duración y frecuencia de las sesiones forman parte de este componente. Mantener estos tiempos estables y consistentes a lo largo del tratamiento facilita una sensación de regularidad que beneficia el proceso terapéutico.
El lugar donde se realiza la terapia también es parte del encuadre. Este espacio debe ser seguro, privado y cómodo, reforzando la confianza y el respeto necesarios para la introspección y la confidencialidad.
El establecimiento del encuadre comienza desde la primera sesión y se formaliza a través de un contrato terapéutico. Este proceso implica varias acciones importantes:
La primera sesión es el momento de acordar objetivos y expectativas realistas, tanto del terapeuta como del paciente, para sentar las bases de un trabajo en común.
El terapeuta aclara sus funciones y el paciente sus responsabilidades dentro del tratamiento, lo que facilita la colaboración efectiva y el compromiso.
Un acuerdo explícito que detalla condiciones, normas y objetivos de la terapia, así como aspectos relacionados con la confidencialidad y el manejo de información.
El encuadre aporta varios beneficios tanto al paciente como al terapeuta, al establecer una estructura que facilita el trabajo en terapia. Entre estos beneficios podemos mencionar:
-Seguridad emocional: Un encuadre bien delimitado ayuda al paciente a sentirse en un espacio seguro donde puede expresar sus emociones y pensamientos con confianza.
-Transparencia y ética: Los límites y reglas claras refuerzan el compromiso ético entre ambas partes, promoviendo una relación profesional de confianza.
-Facilita el cambio terapéutico: Al tener un marco con reglas claras y roles bien definidos, el paciente puede enfocarse en su propio proceso de cambio y desarrollo personal.
El encuadre puede variar dependiendo del tipo de terapia o de la situación. A continuación, se describen algunos ejemplos:
-Terapia individual: En este contexto, el encuadre se ajusta a una dinámica uno a uno, con el terapeuta y el paciente trabajando de manera cercana y personalizada.
-Terapia de pareja o familiar: Involucra a varias personas, por lo que se requieren normas adicionales sobre la confidencialidad y las reglas de comunicación en las sesiones.
Un aspecto importante del encuadre en la práctica profesional es la posibilidad de contar con términos y condiciones específicos para cada servicio que el profesional ofrece a sus pacientes o clientes.
A través de la plataforma Encuadrado, cada profesional puede establecer sus propios términos y condiciones, ajustados a sus necesidades y a las características de su práctica. Esto permite a los terapeutas, psicólogos, y otros profesionales:
-Establecer claramente sus políticas de cancelación y modificación de citas.
-Definir el método de pago y las opciones de agendamiento disponibles, como consultas presenciales, a domicilio o en línea.
-Ofrecer un entorno de transparencia que refuerza la confianza con sus pacientes o clientes.
Esta flexibilidad facilita que cada profesional maneje sus servicios de manera organizada y personalizada, creando una experiencia alineada con las expectativas y normas de su consulta o práctica.
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Content Manager Podcast
Periodista, content manager y consultora de comunicaciones.